PEOR ES NADA. PEOR ES NADA. PEOR ES NADA. PEOR ES NADA . PEOR ES NADA. PEOR ES NADA.

lunes, 27 de febrero de 2017

Estoy rara.

                               

Un poco de humor.

A los que esperan

Sábado, 25 de febrero del 2017
A los que esperan. Un resultado. Una analítica. Una operación. Una espera tan tensa que retuerce el alma. Una espera literalmente mortal. A los mal llamados acompañantes. A los que esta noche dormirán en el sofá de cualquier hospital. A los que dejan de pronto su vida por la de otro. Y en general, a los que plantan cara a la muerte ajena. A los que dedican su tiempo a salvar a los demás. A los que corren en dirección opuesta a la salida. Y a los que no se resignan ni se resignarán jamás. A los que no se rinden. Estas líneas van por vosotros. Estas líneas son para ti.
A los que lloran únicamente ante el espejo. A los que intentan seguir sonriendo cuando les preguntan qué tal. A los que se echan a sí mismos las culpas, a veces de la manera más absurda. A los que se cambiarían sin dudarlo por el paciente. Y a los que se aferran a una esperanza que ya nadie les da. A los que se sienten impotentes y sin embargo tienen que tomar las decisiones más difíciles. A los que se levantan a media noche sólo para mirar fotos. Y a los que sueñan que nada de todo esto ha pasado, que todo volvía a ser normal.
A los que estudian la cara de las enfermeras tratando de descubrir cualquier gesto que les delate. Analizando cada sonrisa forzada para sacarles esa información que al final será clave, creyendo que son jeroglíficos que hay que saber descifrar. A los que de pronto se ven obligados a hacer cursos acelerados de medicina. A los que cuentan los minutos entre toma y toma. A los que no entienden que un doctor se pase mañana y no ya. A los que no pegan ojo desde hace siglos. A los que salen al pasillo a darse la misma vuelta. A los que se saben de memoria el menú de bocadillos del bar. A los que se bajan a la calle para volver a empezar a fumar.
A los que casi nadie de ninguna familia apoya. A los que se acaban quedando solos y comprueban lo realmente solos que están. A los que todo el mundo suele poner excusas para no estar a su lado. A los que luego hay gente que encima critica. Negaré que lo he escrito, pero manda huevos que encima acaben teniéndose que justificar.
A vosotros, los que guardáis el silencio de las salas de espera. A vosotros los que calláis.
Un gracias se os queda pequeño.
Sois lo poco que nos queda de humanidad. La gran esperanza sin bata blanca. Nuestra brújula hacia algo parecido a la solidaridad. En este camino de ida y vuelta entre la vida y lo que haya más allá, en esta rotonda irreal en la que a veces nos toca dar vueltas y vueltas, vosotros sois la única señal luminosa. La razón por la que vale la pena luchar.
Así que os diga lo que os diga vuestra conciencia, os digan lo que os digan los que os dejan solos, los demás. Sois necesarios. Sois vitales. Seguid al pie de la cama. Seguid dándonos esta lección. Y sirva este pequeño texto para apoyaros. Sirva este humilde homenaje para acompañar al que acompaña, hoy y todos los días que vengan.
Porque sin vosotros, nada de todo esto tendría sentido.
Porque gracias a vosotros, todos recordamos lo que es amor de verdad.
Risto Mejide Fuente :http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/los-que-esperan-5858628

domingo, 26 de febrero de 2017

Pero, ¿ qué se puede hacer ?

Pero, ¿qué se puede hacer para cambiar esos modelos, para que la gente, los ciudadanos, se conciencien de que no se puede mirar para otro lado y seguir instalados en el conformismo, de que hay que dar pasos para construir otro tipo de sociedades?
– Yo creo que no existe una fórmula mágica para cambiar de golpe las cosas, que no hay recetas, y que la única posibilidad que tenemos como seres humanos es la de educar a las nuevas generaciones no en el egoísmo, no en la avaricia de los beneficios, sino en el amor por el bien común, por el respeto hacia el otro y hacia el entorno en el que se desarrolla la vida. Y la única herramienta que tenemos para hacer esto es la cultura. Estoy de acuerdo en que es difícil conseguir que estas cosas tan sencillas se entiendan, pero hay que seguir intentándolo. Hay un pasaje muy revelador en una novela de David Foster Wallace. Se trata de un episodio en el que se plantea la pregunta de qué es el agua. Y hay dos pececillos jóvenes que nadan en el acuario y no saben nada del medio en el que se mueven. Igual que esos pececillos, hoy nosotros, no comprendemos que la cultura y el conocimiento constituyen el agua en la que nadamos en cada instante de nuestra vida. No es por casualidad que los gobernantes, en todos los países del mundo, sin excepción, lo primero que recortan son aquellas cosas que ellos consideran inútiles y que, al revés, son las más útiles para conseguir que las sociedades sean más humanas.



Pero en toda esta bella argumentación hay algo que falla, un problema de fondo que no debemos olvidar. En las sociedades actuales el conocimiento no se valora. El creador, el científico, el intelectual, no está valorado en la misma medida que el empresario, el banquero, el futbolista de éxito… En otras épocas no sucedía esto, pero hoy podríamos decir que el respeto ha cambiado de bando. No se admira al que sabe, al que crea, al que lee, sino al que es capaz de acumular lujos y riquezas, incluso al que se lucra de manera amoral y es capaz de eludir a la Justicia.
– Correcto. Es lo que estamos viviendo. Hay un capítulo en “La utilidad de lo inútil” sobre la dignidad del hombre. Es un apartado donde se argumenta en torno a este asunto que viene de antiguo a través de varios ejemplos, desde Platón hasta el Renacimiento. Los filósofos siempre se han planteado la misma pregunta: ¿el hombre vale por el dinero que tiene; es la cantidad de dinero que posee lo que le convierte en una persona digna? La respuesta es no, absolutamente no. La dignidad del hombre no se mide por las riquezas que posee; más bien, a menudo, el que acumula mucho dinero suele ser corrupto. La dignidad del hombre está en el saber identificar y ver los verdaderos valores de la vida, esos valores sencillos de los que hablábamos antes: la solidaridad, la tolerancia, la paz, el diálogo, el respeto hacia los demás. Hay una página, un fragmento precioso de Demócrito, en el que éste se ríe ante la locura de los hombres, a los que ve todo el día corriendo detrás del dinero, persiguiendo el dinero. ¿Para hacer qué?, se cuestiona. Y constata que el dinero que ganan les sirve para ganar más, que el dinero ya no es un instrumento, un medio, sino que se convierte en un fin en sí mismo. Ante esto el filósofo pregunta: ¿es correcto abrirle las venas a la tierra, destruir la tierra, para acumular riquezas? Eso es lo que estamos viendo hoy: no hay respeto por la naturaleza.

Pero pocos niños escuchan en los colegios que lo primordial es ser mejores personas. Y no digamos en las casas, en los hogares de tantas familias que hoy se preocupan más por tener un buen televisor o el último modelo de coche que por inculcar a sus hijos determinados valores.
–  Así es. Mi trayectoria como profesor me ha llevado a constatar que la mayoría de las familias actuales no están preparadas para enseñar a los jóvenes la experiencia de lo gratuito. Lo que yo observo es justamente lo contrario. Nací en un pequeño pueblo en Calabria y, a menudo, cuando voy a ver a mis padres, que siguen viviendo allí, hay gente que se acerca a mí para decirme: “Mi hijo se tiene que matricular en la universidad y quiere hacer letras o filosofía, pero yo creo que está loco. ¿Cómo comerá con letras o filosofía, cómo se va a ganar la vida?”. La lógica de la utilidad, incluso en una acepción no negativa, ya que los padres quieren el bien de sus hijos, conduce al mal, al error. Yo a esas personas les digo siempre que los chicos deben escoger en la universidad las disciplinas que aman, porque estoy convencido de que un médico que es mal médico nunca será feliz, mientras que un maestro de escuela que enseña lo que le gusta seguramente será más pobre, pero también se sentirá mucho más afortunado y pleno como persona. Estoy convencido de que no es dentro de las familias, sino en el seno de las escuelas, donde tenemos que trabajar intensamente para cambiar esta percepción tan dañina, pero para eso hay que evitar esa degeneración de la enseñanza dirigida a obtener resultados como única meta, olvidando que el saber debe llevar a los estudiantes a entenderse mejor a sí mismos y al mundo que les rodea, a amar el bien común, a ser tolerantes, a comprender que la solidaridad es una de las cosas más importantes de la vida de un ser humano.

Shakespeare ya lo tuvo claro en “El mercader de Venecia”, una de las obras a las que se hace referencia en el libro.
–  Sí. La metáfora de Shakespeare es bellísima. Él habla de recortar una libra de carne del cuerpo. El personaje de Antonio para pagar la deuda contraída tiene que dar un trozo de su cuerpo. Eso tiene tanto que ver con lo que está sucediendo ahora mismo… Cuando el hombre se convierte en mercancía, cuando para pagar la deuda es necesario cortarle la carne, quitarle, expropiarle, el derecho de tener derechos, como decía Hannah Arendt, estamos dibujando un escenario atroz, monstruoso. Hoy cualquier derecho de los obreros, de los estudiantes, de los enfermos, se niega en nombre de la necesidad de la crisis y esto es una gran mentira. De nuevo volvemos al mismo punto: la única manera que tenemos para salir de esta situación es la cultura, hacer que la gente entienda cuál es la verdadera raíz del problema, que sea consciente de que si no luchamos contra la corrupción, si no luchamos contra el egoísmo de nuestra sociedad, nunca saldremos de esta situación.
– ¿Cómo combatir la sensación de desaliento, de tristeza, de impotencia ante la visión tan repetida de políticos que se saltan todas las reglas éticas, que roban con total impunidad, que no piensan lo más mínimo en el bien de aquellos a los que representan?. Está claro que hace falta más cultura, más educación, pero volvemos a lo de antes: los que tienen el poder buscan la manera de ningunear, de anular esos ámbitos. La cultura que profundiza, que ayuda a pensar, desaparece cada vez más de la televisión, de los medios…
– Por un lado existe el problema de la conciencia. La gente en Italia, por ejemplo, no acaba de tener conciencia de la corrupción de la clase política. Hay un señor en mi país que ha sido condenado en muchas ocasiones y que no quiere aceptar las sentencias de los tribunales. Pero es que este señor recibe millones de votos. Ese es el gran problema. La gente no entiende que detrás de esa persona hay unos intereses personales, hay un partido que en estos años lo único que ha hecho ha sido salvar sus propias empresas. En ese gobierno precisamente hubo un ministro que tuvo el valor de decir que con la cultura no se come y que si la cultura no sirve para dar de comer, no sirve para nada. Ante esto no hay más respuesta que la toma de conciencia, la preparación de las generaciones venideras a través de las escuelas, las universidades, los círculos de lectura, los teatros, todo lo que sea cultura en su más amplio sentido. Se trata de formar a ciudadanos capaces de decir no a esta gente, a estas maneras de gobierno; ciudadanos capaces de razonar con sus propias cabezas y de no dejarse influir por el poder de los medios de comunicación al servicio del poder. Naturalmente me doy cuenta de lo que me plantea; del círculo vicioso en el que estamos inmersos, de esta especie de pescadilla que se muerde la cola.
Estamos hablando de la necesidad de la cultura y de cómo se la anula tanto desde el poder. Pero, por otro lado, nunca como ahora, la gente ha tenido tanto acceso a la cultura, más bien al espectáculo.
– Bueno, pensemos en el cine, por ejemplo. Es verdad que hoy hay muchas más salas cinematográficas, pero también que el mercado de la distribución está cada vez más dominado por las películas de efectos especiales. El cine clásico, el de los grandes directores, cada vez se ve menos. Es cierto que en París sigue habiendo muchas salas de películas de autor, pero en otras ciudades como Roma prácticamente han desaparecido y en Nueva York, donde he vivido, quedan muy pocas, frente a unas 50 salas donde se expone el cine comercial, de efectos especiales, con grandes estrellas, pero muy pobre de contenido. Muchas de las cosas que hoy llamamos cultura en realidad son productos de subcultura. Y las librerías siguen existiendo pero, ¿qué es lo que venden?. Hay muchos más libros que antaño, pero, ¿estamos contentos con los libros que interesan al público?. ¿Quiénes están hoy en el “top ten” de las ventas?. Pues abundan  esos señores que hablan en la televisión o figuras del fútbol o similares. ¿Qué valor literario tienen las cosas que más se leen?. Sí. es verdad que hay más posibilidades, pero también es verdad que hay muchas cosas que no valen para nada y que hunden, ahogan, todo lo que sí merece la pena, pero que cada vez se ve menos. Y tenemos Internet, una gran revolución, sin duda, pero habría que educar a los jóvenes en su correcta utilización. Cuando mis estudiantes quieren hacer una investigación sobre un autor en concreto siempre les digo que en vez de bucear en Internet se lean un buen libro. De Giordano Bruno, uno de mis filósofos favoritos, existen en Internet decenas de páginas delirantes en las que hay informaciones equivocadas. Hoy en día cualquier persona puede escribir en Internet lo que le parezca, sin ningún tipo de control. El buscador competente, el que sabe, sabrá moverse en esas aguas, pero el joven tiene que ser guiado, porque, paradójicamente, cuando hay tantas informaciones todo y nada es lo mismo. Habría que hacer una guía Michelin de Internet, una guía que indique cuales son las mejores páginas a seguir en cada materia.
 Fragmento de una entrevista a Nuccio Ordine por Por Emma Rodríguez

mi menor

Algunas cosillas 4


El pasado 16 de febrero de 2017 , de nuevo nos dieron calabazas y nadie del pueblo se enteró de ello. Se celebró un Pleno extraordinario en el Ayuntamiento a las 13 : 00 h.
.
1 Se aprobó el expediente de contratación del Servicio de limpieza de calles y edificio del ayuntamiento por procedimiento negociado sin publicidad.

 2 Se aprobó un expediente de modificación presupuestaria , crédito extraordinario. Este punto no entiendo a que se refiere.

3 Se aprobó la obra de ciclo hidráulico incluida en los Planes Provinciales. Entiendo que este punto se refiere  a la ejecución de una nueva fase de renovación de las redes de alcantarillado y agua.

Bueno , pues... si por un milagro, me entero de alguna información más ya sabéis que aquí en agua de miel lo cuento todo. Aunque últimamente lo de informar se está complicando bastante.




sábado, 25 de febrero de 2017

Lo que hacen los demás.

"...mi padre sólo hacía lo que le convenía, y creía que con ello dejaba a los demás la misma libertad para hacer lo que quisieran. Sólo que no es así como funciona el mundo, y la vida de mi madre y la mía son la prueba viviente de ello. Lo que hacen los demás siempre te afecta. Es así de sencillo."
Fragmento de "Resignación", magnífico relato del escritor norteamericano Richard Ford que podéis leer y disfrutar entero en:http://www.literatura.us/idiomas/rf_resigna.html




Poder ver el mar






A Rosalía la dejaron huérfana aunque todos sabían que su padre era un cura.
Por eso, Rosalía, no dejó nunca de escribir.
...
Por eso, Rosalía, era feminista.
Escribía porque todavía no les era permitido a las mujeres escribir lo que sentían y lo que sabían.
Porque solo aquellas personas que en algún momento han sentido la marginación pueden luchar por los demás como si lucharan por sí mismas.
Sí, Rosalía sabía.
Reclamando hace casi doscientos años el derecho de las mujeres a la educación o su objeción al matrimonio.
Una Galicia apesadumbrada, así es como sentía Rosalía su tierra.
Muy lejos de esa visión manipulada que hicieron de sus versos para vender una Galicia poco combativa, mágica y verde.
Rosalía, meniña gaitera, que parecía pedir permiso para expresar su dolor.
Un dolor provocado por el abandono.
Rosalía se fue quedando huérfana de madre, huérfana de hijos, huérfana de Galicia, y al final huérfana de sí misma.
Vivió en la permanente insatisfacción, en la saudade, en esa telúrica sensación de que le faltaba algo.
Ésa era la sombra de Rosalía.
Dicen que justo antes de morir pidió un ramo de pensamientos.
Y le dijo a su hija Alejandra: Abre esa ventana, que quiero ver el mar.
Desde el lugar en el que Rosalía murió no se podía ver el mar.
Y luego, como dijo Lorca, Galicia transida de tristes hierbas.
Las tristes hierbas de Rosalía.
Que han seguido creciendo y creciendo.
Y un chico joven con una camiseta de Nunca Mais levanta el brazo en un puño en una manifestación.
Una mujer coge las plumas de una gaviota y las va limpiando una a una del crudo negro.
Un hombre se encadena a una grúa para que no sigan extrayendo minerales.
Las hierbas siguen creciendo.
Y hoy acarician los ojos de una chica en una ventana en un bar en Santiago que lee un verso que dice que todo es silencio mudo y se siente comprendida por dentro.
Y un peregrino llora sin pies al llegar a la catedral.
Abre esa ventana, que quiero ver el mar.
Soy un niño gordito que se tapa la nariz para comer el caldo gallego.
Babosas y moras negras.
Eucaliptos y cromos.
Durmiendo un mes al borde de una ría.
Llamando, todavía, a mi madre porque tenía miedo de noche.
Y ella, todavía, que podía venir.
Un baño en el charco de las moscas.
Abre esa ventana, que quiero ver el mar.
Gallegos y gallegas, hijas del mar.
Orillas aunque se muden a secano.
Ay, morriña.
Y cada vez que una gaita rompe el silencio mudo.
Galicia, vuelve.
Porque Galicia no está fuera, está dentro.
Y cada vez que Rosalía fue en un papel.
Lo de dentro, vuelve.
No te faltaba nada, Rosalía.
Tú eras una revolucionaria,
una guerrera,
una política,
una mujer.
La sombra era tu tiempo, no tú.
Pero no padezcas, Rosalía.
El mundo continuó con nosotros y nosotras dentro.
Y aquí seguimos.
Mordiendo tus versos.
Teus dulces cantares.
Abriendo ventanas.
Para que otras puedan ver el mar.





Fotografias :Eric Antoine
Poema :Roy Galán

viernes, 24 de febrero de 2017

Quedaron tres cosas

De todo, quedaron tres cosas:
la certeza de que estaba
siempre comenzando,
la certeza de que
había que seguir
...
y la certeza de que sería
interrumpido antes de terminar.
Hacer de la interrupción un camino nuevo,
hacer de la caída, un paso de danza,
del miedo, una escalera,
del sueño, un puente,
de la búsqueda…un encuentro.
F. Pessoa



dias soleados








"El porvenir es una gaviota gris, charla
con voz felina de adioses, partida.
Edad y miedo, como enfermeras, la cuidan,
y un ahogado, quejándose del frío, se agazapa
saliendo a la orilla."
...
Sylvia Plath

domingo, 19 de febrero de 2017

La ruta de los pueblos más bonitos de España

  1. Pedraza (Segovia)
  2. Sepúlveda (Segovia)
  3. Maderuelo (Segovia)
  4. Ayllón (Segovia)
  5. Valverde de los Arroyos (Guadalajara)
  6. Medinaceli (Soria)
  7. Anento (Zaragoza)
  8. Albarracín (Teruel)
  9. Rubielos de Mora (Teruel)
  10. Puertomingalvo (Teruel)
  11. Cantavieja (Teruel)
  12. Morella (Castellón)
  13. Villafamés (Castellón)
  14. Peñíscola (Castellón)
  15. Valderrobres (Teruel)
  16. Calaceite (Teruel)
  17. Siurana (Tarragona)
  18. Peratallada (Girona)
  19. Pals (Girona)
  20. Cadaqués (Girona)
  21. Besalú (Girona)
  22. Alquézar (Huesca)
  23. Aínsa (Huesca)
  24. Ansó (Huesca)
  25. Sos del Rey Católico (Zaragoza)
  26. Laguardia (Alava)
  27. Frías (Burgos)
  28. Liérganes (Cantabria)
  29. Santillana del Mar (Cantabria)
  30. Barcena Mayor (Cantabria)
  31. Lastres (Asturias)
  32. Torazo (Asturias)
  33. Peñalba de Santiago (León)
  34. Ribadavia (Ourense)
  35. Combarro (Pontevedra)
  36. Urueña (Valladolid)
  37. Ciudad Rodrigo (Salamanca)
  38. La Alberca (Salamanca)
  39. Mogarraz (Salamanca)
  40. Candelario (Salamanca)
  41. Trujillo (Cáceres)
  42. Vejer de la Frontera (Cádiz)
  43. Setenil de las Bodegas (Cádiz)
  44. Zuheros (Córdoba)
  45. Frigiliana (Málaga)
  46. Pampaneira (Granada)
  47. Lucainena de las Torres (Almería)
  48. Mojácar (Almería)
  49. El Castell de Guadalest (Alicante)
  50. Alcalá de Jucar (Albacete)
  51. Almagro (Ciudad Real)



de vez en cuando













sábado, 18 de febrero de 2017

Habla un pastor en defensa del medio rural

                               
Nel Cañedo, un pastor de los Picos, ha revolucionado las redes sociales con sus vídeos incendiarios en defensa del mundo rural
       



Entrevista a Nel

¿Estamos acabando con el medio rural?
No es un problema social, sino cultural. No somos nosotros, es más bien la globalización sin sentido que sufrimos. Desde hace 30 años el medio rural está olvidado y marginado porque los gobiernos primaron el desarrollo tecnológico y científico. Los jóvenes no le tienen desprecio, sino desconocimiento, vienen a una casa rural y ni siquiera salen. La administración debería tener al campo en cuenta porque es parte de nuestra historia.
Hace unos días hacía un llamado a Revilla por lo que le pasó al ganadero Fidel González, al que el Gobierno cántabro obligó a sacrificar su ganado porque una res estaba enferma. ¿Cree que le habrá llegado el mensaje?
Mucha gente me dijo que Revilla había compartido mi vídeo, pero vamos, no he recibido comunicación.

Ya hay en internet quien le conoce como el ganadero indignado.         

                     


  • Las redes sociales son el altavoz que tiene Nel Cañedo Saavedra (Gijón, 1988) para desahogarse. Dejó su ciudad natal hace cuatro años para irse a los Picos de Europa, tener ganado y trabajar el queso. Una vida rural que le indigna cuando ve cómo los gobernantes tratan al medio rural. Sus vídeos de Facebook son virales: «Las vacas impiden el progreso». Miguel Ángel Revilla también centra su discurso.
    No lo sabía, pero no me extraña, la verdad, porque sí que lo estoy, y como yo, muchos, sobre todo los que vivimos del campo y la ganadería, pero pocos lo muestran en público... Lo que pasa es que yo tengo menos vergüenza.


    Es lo que tiene internet, que es muy fácil que un comentario personal llegue a todo el mundo.
    Tenemos la ventaja de que las redes sociales son una plataforma muy poderosa para todas estas reivindicaciones. Yo hago vídeos simplemente porque pienso que una cosa está mal, me indigna y lo expreso así; es mi opinión y mi derecho.

    ¿El problema está en que los gobernantes no quieren atender a lo que pasa o que no saben cómo hacerle frente?
    El mundo rural no importa; no hay gente, por lo que tampoco hay votos, esos están en las ciudades. Es una cuestión demográfica, un desprecio por falta de atención, no por maldad.
    Y optan por parchear...
    Parten de la teoría de que los que vivimos en el campo somos los causantes de los problemas ecológicos porque echamos abonos químicos y los tractores pierden aceite; es la teoría del ecologismo radical que parte de las ciudades, pero es mentira. Los gobernantes apuestan por una forma de trabajar nueva, pero que queda claro que no funciona. En vez de reconocer el error y permitirnos trabajar como siempre, siguen poniendo parches. Es un remiendo tras otro.
    ¿Qué pide a los 'mandamases'?
    Que nos dejen trabajar como siempre se trabajó, con unos controles lógicos, eso sí. Pediría que la Consejería de Medio Rural y Recursos Naturales se reuniese con la gente para ayudar de verdad, no para darnos un millón de euros; no nos hace falta dinero, sino libertad. Igual que a un mecánico nadie le dice cómo tiene que apretar los tornillos, que no nos digan a nosotros.
    No deja de sorprender que ahora que todo el mundo deja los pueblos, usted vaya y defienda esa vida.
    Los pueblos asturianos, como los de media España, están condenados. Lo único que la administración explota y apoya es el turismo: tiendas, hoteles... Se convierten en parques de atracciones y no deberían serlo; la base del medio rural es el sector primario.
    Ha cambiado la forma de explotación.
    Ahora una sola persona puede producir muchos alimentos, es lo que se llama sistema expansivo, que es contrario al sistema de trabajo tradicional. Se prima la cantidad sobre la calidad, y eso que está despegando el producto 'gourmet' porque alguien vio un nicho de mercado que ya nadie ocupaba y por eso pueden pedir el precio que quieran, porque no tienen competencia y se aprovechan.
    ¿Se arrepiente de haber dejado su vida en Gijón, después de estudiar Historia, por el campo?
    Para nada, lo volvería a hacer y aún más seguro.
    Fuente:http://www.elcomercio.es/asturias/201702/17/pueblos-deberian-parques-atracciones-20170217014051-v.html