PEOR ES NADA. PEOR ES NADA. PEOR ES NADA. PEOR ES NADA . PEOR ES NADA. PEOR ES NADA.

viernes, 30 de septiembre de 2016

Quiero seguir siendo yo

"Quiero seguir siendo yo cuando, una mañana, al despertar, recuerde que tengo que desayunar en Tiffany´s. No quiero poseer nada hasta que encuentre un lugar donde yo esté en mi lugar y las cosas estén en el suyo. Todavía no estoy segura de dónde está ese lugar. Pero sé que aspecto tiene. Es como Tiffany´s. Y no creas que me muero por las joyas. Los diamantes sí. Pero llevar diamantes sin haber cumplido los cuarenta en una horterada; y entonces todavía resulta peligroso. Sólo quedan bien cuando los llevan mujeres verdaderamente viejas… Pero no es eso lo que me vuelve loca en Tiffany´s… He comprobado que lo mejor que me sienta es tomar un taxi e ir a Tiffany's. Me calma de golpe, ese silencio, esa atmósfera tan arrogante; en un sitio así, no podría ocurrirte nada malo, es imposible, en medio de esos hombres con trajes tan elegantes y ese encantador aroma a plata y a billetero de cocodrilo. Si encontrara un lugar en la vida real donde me sintiera como me siento en Tiffany's, me compraría unos cuantos muebles y le pondría nombre al gato."
Desayuno en Tiffany's, Truman Capote


jueves, 29 de septiembre de 2016

Se sentía cansada


"Sentada a la ventana vio cómo la noche invadía la avenida. Reclinó la cabeza en la cortina y su nariz se llenó del olor a cretona polvorienta. Se sentía cansada.·
  "Eveline" de James Joyce

Ser y vivir

 Cansada de haber convertido mi vida en un acto de supervivencia , he decidido no creer en nada , he decidido no esforzarme más, he decidido no hacer planes , he decidido no marcarme metas , he decidido no ir a ningún sitio, he decidido  aceptar ( no resignarme ), he decidido ser y vivir.Nada más.






"Siempre hay un refugio donde encontrar algo que sea auténtico. La charla íntima con un amigo ante quien nos despojamos de nuestra estúpida fatuidad, en quien encontramos calor y comprensión, con quien el egoísmo mezquino es impensable. Un refugio donde el vino y los libros le dan a la vida un significado distinto. Ahí hemos fabricado algo, que la doblez no puede tocar. En ese refugio estamos a nuestras anchas."
Paradero desconocido, Kressmann Taylor

Cosas que me enseñó la muerte

COSAS QUE ME ENSEÑÓ LA MUERTE

"La idea de que me iré de un mundo que está cada vez peor no me gusta, porque siempre pensé que era mi deber dejar al mundo mejor de cómo lo había encontrado. Pero si se tiene el hábito de ver cada día como una jornada completa, envejecer es interesante. Todos los días se conoce una persona nueva, una puesta de sol nueva. Todos los días pasan cosas hermosas."
Grace Paley


 1) Cuando muere alguien que amo, desaparece lo superfluo de mi vida, por un instante puedo sentir el amor y el perdón.
 2) Cuando muere alguien que amo, mis miedos se desvanecen por un instante y hago actos de altruismo y valor, desconocidos en mí.
 3) Hasta que murió alguien que amo, pude comprender el sufrimiento de otros con experiencias parecidas.
 4) Cuando muere alguien que amo, doy las gracias por lo bueno que trajo a mi vida y de lo malo ni me acuerdo. Me llama la atención de que en vida, hacía exactamente al revés.
5) Cuando muere alguien que amo, comprendo que lo importante de la vida, es compartir, escuchar, impulsar y amar. Me llama la atención que no recuerdo a la persona que murió por los regalos ni lo material, sino por el tiempo que convivimos juntos.
 6) He visto sorprendido, que muchas personas no tiene acceso a estas mismas experiencias, pero que la vida es tan generosa, que les brinda repetidamente la experiencia de ver personas que ama morir, para por fin entender uno de los más grandes secretos de la vida.
 7) Pude comprender que las personas se sienten vacías, cuando se enfocan en el hacer, en el trabajo y descuidan la convivencia. El espíritu se alimenta del amor que nace de la convivencia ¿Cómo voy a sentirme feliz aunque sea rico, si dejo de disfrutar y amar a las personas?
 8) He visto a personas a punto de morir, que lo único que quieren es pasar el tiempo con las personas que aman y darles las gracias. Dejan de quejarse, aceptan y aman.

 9) Me he dado cuenta, que aunque ame a la persona que se va, en el fondo no lloro por ella, sino por mi dolor de sentirme abandonado, de que no me preparara para su partida, de que me dejara muchas responsabilidades. Es un dolor egoísta en verdad. Sorprendido de haberlo descubierto.
 10) Cuando muere un atardecer, puedo recordar esos tonos rojos en mi corazón. Cuando voy de viaje y tengo que partir, es una pequeña muerte, pero llevo dentro de mí los recuerdos, el dolor y el agradecimiento por los momentos vividos.
 11) Y después de la muerte ¡sigue la vida! un nuevo día, una nueva pareja, un nuevo lugar que visitar, bebés que nacen.




12) Lo malo, es que se me olvida y tengo que recordármelo una y otra vez.
G. Muesa

lunes, 26 de septiembre de 2016

que contenga amor.

1 h ·
Ya no señalo a quien no me quiso
como yo esperaba,
a quien no me respetó,
a quien no me valoró,
a quien no me arropó.
Ya dejo de juzgar
la paja del ojo ajeno,
ya dejé de pedir a otros
lo que ni yo misma me daba,
ya sé que nadie abandona
más de lo que se abandona,
asumo la responsabilidad de mí,
asumo mis noches
y las lleno de estrellas,
a la par que voy comprendiendo
que toda semilla nace dentro
y brota fuera.
Me decreto amor eterno,
puro,
leal,
comienzo por amarme,
por valorarme,
por arropame,
y por respetarme,
y por llenar mi vida tanto de besos,
que ya no quede espacio
para nada
que no contenga amor.





domingo, 25 de septiembre de 2016

No hay casualidades

“No hay casualidades. Todo tiene un sentido profundo. No lo vemos por falta de perspectiva. Conforme nos hacemos mayores, mayores son también son las posibilidades de que nos demos cuenta, porque tenemos más perspectiva. Es como si tuviéramos una pizarra en la que comprendemos los diagramas, los flujos…  Vemos que las personas, las circunstancias, todo lo sucedido en nuestra vida tiene su sentido profundo”.
Emilio Carrillo










sábado, 24 de septiembre de 2016

vida interior en el mundo rural


Vida interior :
"No es que rehuya el trato con la gente, pero convivo bastante bien con mi soledad"

José Luis Sampedro en "La ciencia y la vida ". 2009








Perder

ESTA SOCIEDAD en la que vivimos no nos enseña a perder. Tampoco es que nos haya enseñado bien a ganar, desde luego, y saber ganar es un conocimiento muy importante, porque si no digieres y relativizas tu triunfo es probable que se te fosfatinen las neuronas. Yo he visto a algunas personas tan confundidas que creyeron que el éxito era un lugar que habían conquistado, algo tan sólido y tan suyo como si se hubieran comprado un chalet en la sierra; y cuando se acabó (porque todo lo que sube, baja, y el éxito, que no es más que la mirada benevolente de los otros, es especialmente volátil) se quedaron desconsoladas, descolocadas, como alienígenas cuyo planeta hubiera sido repentinamente desintegrado por una supernova.
Ha habido otras épocas mucho más conscientes de la decadencia de las cosas y de los irremediables reveses del destino
Así que saber ganar también tiene su intríngulis. Pero cuando digo que no nos han enseñado a perder me refiero a que el fracaso, al igual que la muerte (ese gran, inevitable fracaso de la vida), es una realidad esencial que el mundo se empeña en ocultar. No siempre ha sido así; ha habido otras épocas mucho más conscientes de la decadencia de las cosas y de los irremediables reveses del destino. Ya se sabe que cuando los generales romanos celebraban sus espectaculares desfiles de triunfo, el esclavo que les acompañaba en la cuadriga y que sostenía sobre sus cabezas la corona de laurel iba musitando constantemente en sus oídos: “Mira atrás y recuerda que sólo eres un hombre”.
Nuestro modelo social, en cambio, ha decidido prescindir de esas reflexiones tan fastidiosas para centrarse en el brillo y el jolgorio. A juzgar por los anuncios publicitarios, la vida es una fiesta interminable, lo cual tiene poquísimo que ver con la realidad, porque, incluso en el mejor de los casos, vivir tiene su cuota de desazón y duda. El malestar también forma parte de la existencia, igual que la alegría, pero se diría que el espejo colectivo en el que nos miramos no admite zonas de sombra, así que todos estamos demasiado empeñados en ser dichosos en sesión continua, ultrafelices y megadivertidos a tiempo completo, como si eso fuera lo normal. Y no, no es normal ni tampoco posible, pero la consecuencia de esta mentira es que la gente no sabe qué hacer con el desasosiego cotidiano y, en cuanto se topa con una pequeña frustración, piensa que está deprimida. No, hombre. La depresión es otra cosa. Que los días chirríen un poco de cuando en cuando es inevitable, sano, hasta necesario.

Estuve reflexionando sobre todo esto en los pasados Juegos Olímpicos, esa apoteosis del triunfo personal.
En Río participaron 11.551 atletas y sólo un 10 porciento consiguió medalla. Ahora piensen en esos miles de participantes que perdieron
Por supuesto que a mí también me emocionaron los deportistas que subieron al podio. Son seres formidables, los mejores del mundo, titanes que te dejan boquiabierta. Pero verán, en Río participaron 11.551 atletas de más de 200 países, y sólo un 10% consiguió medalla. Ahora piensen en esos miles de participantes que perdieron. Piensen, sobre todo, en los que quedaron en los cuartos puestos, tal vez a una milésima de segundo del bronce. Nadie se acordará de ellos. No constarán en los anales. Probablemente llevaban cuatro años, o más, viviendo única y exclusivamente para llegar a Río. Un dilatado tiempo de sacrificio. Y es posible que ya no puedan alcanzar los próximos Juegos. Muchos de ellos han desaprovechado, digamos, la oportunidad de su vida. Eso sí que es fracasar por todo lo alto.
Y ¿saben qué? Los admiro. Creo que los admiro aún más que a los ganadores. Pienso que la prueba a la que se enfrentan es más difícil. Una hazaña doblemente heroica por anónima. Conseguir colocar todo eso, hacer frente a la propia decepción y a la de los demás, no caer en la culpa, en la paranoia, en la ira, en el arrepentimiento inútil, en el melodramatismo de pensar que has tirado varios años de tu existencia, en la búsqueda de chivos expiatorios y en tantas otras trampas venenosas a las que puede conducirnos la frustración. Me gustaría saber más de ellos y de cómo sobrellevan esa silenciosa proeza olímpica, porque no hay ser humano que no haya conocido el sabor de la derrota y quiero aprender de su fortaleza. Ya sé que es preciosa la alegría de los ganadores, pero si los Juegos pueden enseñarnos algo es sobre todo eso: a perder.

Rosa Montero

viernes, 23 de septiembre de 2016

la amenaza del silencio

 ¿¿900 pueblos se han quedado vacíos en los últimos 15 años en España !!

desde mi lugar

Cuando era niña sentía que algo en mi era diferente, crecí viéndome extraña. Intentaba participar de la vida como la mayoría pero a duras penas lo conseguía. Fui feliz a mi manera, aunque rara vez encajaba en algún sitio.
Pase largo tiempo buscándome.... y buscando la tribu a la cual pertenezco. Leí lo suficiente, estudié bastante, trabajé con niños en colegios y ancianos en residencias, también de noche en bares. Conocí mucha gente, y también caminé por cementerios, quería saber que tenían para decirme quienes ya habían dejado atrás su cuerpo.
Viví siempre entre dos mundos, el del día a día, y el secreto.
Allí pasaba las horas dibujando y escribiendo.
Era una sensación que me habitaba en los silencios.
Pasaron los años y los días, aun recuerdo aquella tarde de calor en el verano del 2008, sentada con un álbum de fotos en mis manos, me detuve sobre una imagen mía de cuando tenia 19 años, era una foto del año 1992.
Me quede hipnotizada. todo se volvió difuso de pronto.
Pero recuerdo con claridad escuchar esa voz que decía:
"eres agua de miel"
Tal vez fue mi voz interior, no estoy segura,.fue todo como un sueño.
Días más tarde decidí abrir esta página y de a poco puedo decir
que con mi tribu me fui reencontrando.

Yo puedo decir desde mi lugar, que todo lo que busqué y recorrí sé que valió la pena.