PEOR ES NADA. PEOR ES NADA. PEOR ES NADA. PEOR ES NADA . PEOR ES NADA. PEOR ES NADA.

martes, 23 de agosto de 2011

Serás lo que se dice un hombre


SI…

Si puedes mantener la cabeza en su sitio
cuando todas la pierden -y te culpan por ello-;
si confías en ti cuando los otros
desconfían -y les das la razón-;
si puedes esperar sin cansarte, si no
mientes cuando te vienen con mentiras
ni odias a los que te odian y, aún así,
no te las das de santo ni de sabio;


si sueñas, sin llegar a ser esclavo
de tus sueños; si piensas, pero no te conformas
con pensar; si te enfrentas al Triunfo y al Desastre
y das el mismo trato a esos dos impostores;
si soportas que tuerzan tus palabras
para embaucar con ellas a los tontos;
si se rompen las cosas a las que has dedicado
tu existencia y te agachas a rehacerlas;

si juntas todas tus ganancias para
jugártelas a cara o cruz, y pierdes,
y vuelves a empezar de nuevo, una vez más,
sin mencionar siquiera lo perdido;
y si tu corazón, tus músculos, tus nervios
cumplen incluso cuando ya no son
lo que eran, y resistes cuando ya no te queda
sino la voluntad de resistir;

si hablas con multitudes sin perder la honradez
y paseas con reyes sin perder la humildad:
si no pueden hacerte daño tus enemigos
-tampoco tus amigos- y todo el mundo cuenta
contigo -no en exceso-; si no desaprovechas
ni un segundo de cada minuto de carrera,
la tierra y cuanto en ella existe es para ti;
serás, en fin, lo que se dice un hombre.

* * *

RUDYARD KIPLING, Poemas. Editorial Renacimiento, 2002

martes, 9 de agosto de 2011

Los que están salvando el mundo

Alguien que acaricia un perro; el ceramista que da forma y color; una pareja que lee un poema; los que agradecen que haya música y literatura; los que piensan sólo por ganas de saber; los que no sienten placer si no lo dan; los que cultivan un huerto sin codiciar la cosecha; los que crían niños y los educan hasta hacer de ellos hombres y mujeres; el soldado que ama a la patria, pero odia su oficio; los que prefieren sufrir cien injusticias antes que cometer una sola… Son la gloria de la humanidad, sí, precisamente porque no saben que lo son. Cumplen con lo que sienten que es su deber natural, ignorando, en su magnífica inocencia, que su modesto quehacer cotidiano constituya un mérito que deba ser reconocido o premiado por otros.”