PEOR ES NADA. PEOR ES NADA. PEOR ES NADA. PEOR ES NADA . PEOR ES NADA. PEOR ES NADA.

miércoles, 20 de julio de 2011

Descifrar las claves de la vida...

El misterio de tus ojos

la cualidad adivinatoria de los sueños

los porqués del amor


La fuerza de la esperanza

el silencio sin límites de la soledad

la hondura de la pena


La rabia contra la injusticia

la insobornable voluntad de ser libre

la fragilidad de la paz


Lo que callamos en la despedida

la alegría de volver a encontrarnos

el calor de tu abrazo


La impasible crueldad del odio

la quietud de la muerte

la emoción de una lágrima


Todo lo que dicen las palabras

cuando dicen

lo que quieren decir


Todo o que no dicen las palabras

cuando no dicen

lo que encierra el corazón


Descifrar los dones de la vida

es aprender a vivir en cada instante

y sentir en cada aliento

que estás vivo.

lunes, 4 de julio de 2011

explicarlo al de al lado

Me parece de aceptación común una serie de hechos:
Los partidos politicos, todos, se financian con dinero de los bancos, con créditos que nunca pagan y por tanto dependientes de lo que deseen los bancos.
Los sindicatos no dependen de los afiliados, no de los trabajadores, sino de los fondos públicos que se les destinan, dependen por tanto de los partidos políticos.
Los políticos no tienen control judicial porque los jueces son elegidos por los políticos por lo cual si no hay control ni castigo no hay problema para ser corrupto.
Es necesario empezar por tanto por exigir una justicia, independiente y sin control político.
Nadie va a exigirla si no lo hacemos nosotros hemos de despertar, la mejor manera de despertar es explicarlo al de al lado que es como tú, nadie lo hará, los medios de comunicación son instrumentos del poder, nadie elegirá una dirección de ningún organismo público a alguien profesionalmente preparado sino a alguien políticamente adecuado.

Dicen los periodistas, los tertulianos con presencia crónica en los medios y algún que otro presentador, que esto del Twitter y sus mensajes les provoca cierta desconfianza y que se muestran todavía con reservas hacia su uso cotidiano. Debido al feedback casi instantáneo que generan en esta red las noticias, los comentarios o los acontecimientos, ven acercarse el final, no sólo de su trabajo y de su condición de opinadores oficiales de la cataplasma televisiva, sino también de la validez y vigencia de unos argumentos que van envejeciendo a razón de años por cada semana que termina.

Desde su poltrona de cartón piedra, se han mostrado muy obstinados a la hora de explicarse a sí mismos y a la audiencia lo que pasa en las calles y en la Red. A través del etiquetado clásico, fueron pasando de violentos a parados, de jóvenes sin futuro a ninis y, visto que había gente de toda edad y condición, dejaron de lado a los perroflautas para quedarse con los indignados. Más o menos lo que venía sucediendo años atrás desde que El País, muy hábilmente, integró la miseria en la sociedad como algo habitual e inevitable a través del lenguaje, con su ya clásico concepto de mileurismo.

Esto de indignados es un adjetivo tremendamente útil. Por un lado, se liga una masa heterogénea y mundial a los contenidos del famoso libro de Stephane Hessel, ¡Indígnese!, de reciente éxito en toda Francia. Obra necesaria y admirable dados los tiempos que corren, a la mampara mediática le ha servido como coartada para explicar a su masa no- informada (o desinformada por ellos) que el despertar global de la ciudadanía se inspira en un librito de pocas páginas, entrañable, y que predica una sana rebeldía. Es decir, que este cocedero de datos e informaciones, este ágora mundial de debate que es Internet y que lleva más de diez años sin parar de funcionar minuto a minuto, poco tiene que ver, o nada...

Por otro lado, se establece una diferencia a través del estado de ánimo, cosa esta sin precedentes. Del color de la piel, la condición social, económica, o la ideología política, pasamos a la indignación. Esto sirve para dejar fuera a todo aquel que no se sienta así, y a la vez abre la posibilidad de introducir a cualquier tipo de individuo que se vaya uniendo al cotarro.

Pero, ¿de dónde viene ésta indignación? Dada la información que nos sirven los medios de difusión del sistema, pareciera que nos encontráramos ante unos histéricos, unos egoístas que andan dando la bronca por la vida porque se aburren y quieren salvar a los demás de su propia miseria, como ya pasó otras veces...

Pero la realidad es otra. Esta deriva anímica de la población mundial no tiene su único origen en la crisis, la corrupción o el malestar. La clave estriba en que la mampara mediática ha saltado por los aires: ya no son capaces de engañar a un número cada vez más amplio de esclavos. Es una masa de informados que aumenta imparable y que fagocita con extraordinaria capacidad las manipulaciones y las mentiras, desechándolas a las pocas horas de aparecer.

La propaganda, el vacío intelectual y los programas basura, se van sustituyendo poco a poco por documentales, textos y opiniones independientes sobre la verdad de sus guerras, su economía, sus mentiras y su incompetencia. Como ya sucediera con la imprenta pero a una velocidad y un alcance millones de veces superior, la indignación surge precisamente desde esa verdad innegable, y no cesará hasta que la realidad, con todos sus componentes, se ajuste a ella.

No estamos sólo indignados. Estamos informados, y ya es hora de que lo sepan en todas partes para que esos a los que mantienen en la inopia de la desinformación accedan sin ningún remilgo a los datos que describen el mundo tal y como es. Sin filtros, sin manipulaciones, sin mentiras, sin distorsión. Entonces, ellos también se indignarán por haber sido mentidos durante tanto tiempo, y comprobar que desde los medios aún lo siguen haciendo con todo el cinismo del que son capaces.